De visita en Chile para exhibir La Flor –su monumental tercer filme– en el marco de Santiago a Mil, el realizador argentino Mariano Llinás se declara al margen de Netflix, en guerra con los productores, defensor de su condición de independiente, admirador del cine de Larraín y muchas otras cosas. Nada mal para alguien que estuvo rodando durante casi una década una película de catorce horas.

  • 17 Enero, 2019

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