La música suena fuerte y las carcajadas, que no pasan desapercibidas, acompañan el baile mañanero de jóvenes, adultos y niños. Entre ellos hablan en créole y al ver a un chileno hacen su máximo intento por comunicarse en un buen español, que llevan aprendiendo por tres años en la fundación Frè

  • 14 Febrero, 2019

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