Resulta que esta patología es más común en su vertiente política que en la sexual. Encienda su televisión esta noche y le apuesto que verá a algún político apasionadamente enamorado de ideas que ya han sido probadas y han fracasado.
Por Rafael Rincón-Urdaneta Z. Proyecto Havel | Fundación para el Progreso

  • 9 Enero, 2019

Lo más leído