La mayoría de los chilenos valora el patrimonio nacional como parte de la cultura histórica. Nos gusta visitar casonas antiguas, imaginar a quienes las habitaron, presentarlas en catálogos de turismo o simplemente saber que están ahí y que el país se preocupa de conservarlas. Y se supone que es así, porque desde 1970 hay una ley que se encarga de protegerlas, aunque no de financiarlas. 

  • 19 Marzo, 2008

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