Quizás su ojo –o más bien, su pluma– está en esa lista imaginaria de los más temidos para los círculos políticos y empresariales chilenos. Con un teclado al frente puede llegar a crucificar a alguien –en esas muertes que, como todo en la prensa, tampoco duran demasiado–, o hacer que los pechos de este país […]

  • 7 Enero, 2013
Michael Reid

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