Nueve mil comensales al mes no pueden estar equivocados: eso es lo que recibe el Baco, con un estándar de calidad y atención que lo ha convertido en uno de los restaurantes favoritos de Santiago. Aquí su dueño, el francés Frédéric Le Baux -quien acaba de invertir un millón de dólares en doblar la superficie del local y en una cocina que debe ser la más moderna del país- explica las claves de su fórmula, basada en un concepto de comida clarísimo, con vinos a precios bajos y un servicio en el que el cliente siempre –y no es chiste- tiene la razón.

  • 25 Enero, 2012

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