Sólo por haber logrado que la centroderecha se maneje por primera vez en mucho tiempo en un esquema de unidad y colaboración, los presidentes de la UDI y Renovación Nacional deberían estar satisfechos. Sin embargo –y justamente por este éxito– Hernán y Carlos Larraín quieren mucho más para la Alianza. De partida, dejar de mirar a Chile desde la vereda de la oposición. 

  • 19 Febrero, 2008

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