Sin casa matriz, con deudas millonarias, mobiliario abandonado en los malls, querellas cruzadas y sueldos y cotizaciones impagas acabó la cadena de comida rápida emblema de los 80. Tras decretarse su quiebra, lo único que le queda es la marca, que saldrá a remate en un mínimo de 20 millones de pesos en los próximos días. ¿Cómo pudo terminar tan mal? Por Fernando Vega.

 

  • 7 Octubre, 2011

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