Digitalizar la educación nos obliga a pensarla dentro de una lógica innovadora. Las clases online debieran ser mucho más cortas, porque la pantalla cansa; el material debiera ser asincrónico, pudiendo usarse cuando el estudiante quiera o pueda hacerlo, lo que traería asociado poder utilizar de mejor manera los escasos recursos tecnológicos con los que cuenta hoy una familia chilena.
Por: Victoria Hurtado, abogada directora de Espacio Público.

  • 13 Mayo, 2020

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