Fueron las aceitunas de azapa las que trajeron a Jorge Mustakis Dragonas a Chile en plenos años veinte. En Arica le hablaron de ajo y partió a buscarlo a Valparaíso, donde inició una nueva vida que lo transformó de frutero en exportador y luego a millonario, gracias al molibdeno. Hoy, su tercera generación quiere devolver la mano con una fundación que pretende sentar precedentes en educación y cultura. Este es el relato de una familia que emigró desde la Isla de Cefalonia a Nueva York y desde Brooklyn, al sur del mundo.

  • 28 Marzo, 2012

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