Algo cargados a los fármacos y al apocalipsis, estos títulos reflejan un ánimo presente en la literatura, así como en la vida misma. El prozac de Casas y la serotonina de Houellebecq delatan una sociedad acostumbrada a recurrir a mecanismos químicos de ayuda. Reflexiones en torno a la muerte se encuentran en los libros de Enríquez y Chejfec. Por otra parte, el éxito de Butler confirma que la distopía es un género cada vez más cercano. Las Extremas se suman a este conjunto con sus historias peculiares y atrevidas.

  • 2 Agosto, 2019

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