Anticipándome a las preguntas de mis amigos y familiares, aclaro de una vez por todas que no participaré en ninguna celebración callejera –ni menos, oficial- en honor al príncipe William y su prometida Kate Middleton. Mi posición apela a mis convicciones políticas, por supuesto: como liberal no puedo validar la institución de la monarquía. Un poder transmitido en forma hereditaria y amparado en títulos de nobleza evoca demasiado al antiguo régimen.

  • 2 Diciembre, 2010

Lo más leído