Más de cuatro años duró la disputa jurídica que mantuvieron los estudios Alessandri & Cía. y Silva & Cía. acerca de la naturaleza y forma de registro de marcas sonoras en Chile. La contienda es de larga data: se inició con la modifi cación de la ley de marcas en 2005, cuando ambos bufetes comenzaron a liderar procesos que perseguían obtener la protección de marca registrada para las melodías –o jingles– características de sus respectivos clientes. Alessandri, quien obtuvo el primer registro en Chile de una marca sonora para la multinacional Allianz en 2007, sostuvo que la norma chilena sólo permitía el registro de sonidos susceptibles de representarse en una partitura -no como en EEUU, donde se han registrado marcas como el sonido de la moto Harley Davidson o el grito de Tarzán- y que, por ende, dicha partitura debía publicarse en el Diario Ofi cial para posibles oposiciones de terceros interesados. Silva defendió la postura contraria, indicando que bastaba mencionar que la marca era sonora al momento de publicar para efectos de cumplir con el trámite.

  • 25 Octubre, 2010

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