¿Cuál es el objetivo final de MKB? La meta de alcanzar altas tasas de crecimiento se logra si somos capaces de incrementar en forma permanente la productividad. MKB es justamente una de las herramientas que tenemos para lograr ese cambio.


Esta es la época en que empezamos a hacer nuestra lista de deseos e intenciones para el nuevo año y, al mismo tiempo, revisamos lo que nos habíamos planteado hacer durante el 2010 y comprobamos que algunas de esas buenas intenciones pueden ganarse un check y otras tantas siguieron siendo sólo eso: buenas intenciones.

Mucha gente me pregunta si en 2011 el ministerio de Hacienda va a enviar al congreso la ley MKB, anunciada en mayo… y no ha pasado nada. ¿No habrá sido una de las buenas intenciones del 2010 y nada más?

Definitivamente, MKB no es un conjunto de buenas intenciones, pero así de definitivo también es que no habrá una ley MKB en 2011… ni 2012… ni nunca, porque MKB es mucho más que el envío de una ley. Tuve la suerte de ser parte del equipo de Teatinos 120 que diseñó y promulgó MK1, de trabajar en la redacción de MK2 y ahora, nuevamente desde el ministerio, cerrar el ciclo de MK3 con su promulgación en el mes de agosto. Por lo mismo, le tengo cariño a las leyes “MK”, pero creo que su tiempo terminó, que se fueron agotando y que lo que Chile necesita ahora es una visión más comprehensiva, enérgica, arriesgada y, por qué no, revolucionaria.

De esas revoluciones que pasan medio desapercibidas, de las que no nos damos cuenta que están sucediendo hasta que ya son parte de nuestro ambiente. Como la revolución que implicó el uso del correo electrónico, que de a poco se fue introduciendo y hoy no nos imaginamos trabajar sin él. No es que quiera comparar MKB con el correo electrónico, sino señalar que esta agenda que pretende cambiarle la cara al mercado de capitales chileno ya está en marcha, tal vez de un modo más silencioso pero, al mismo tiempo, creo, más potente.

Durante 2010 se recorrió la parte más importante de este camino: la definición de una agenda de largo plazo, que contempla una serie de modificaciones legales, reglamentarias y normativas, de creación de nuevas y mejores instituciones, de cambios de aproximación a la forma de enfrentar la regulación de industrias completas, etc. y que tiene un hilo conductor claro con un objetivo muy definido. Y con este diseño se puso en marcha la ejecución de la agenda MKB.

Pero, ¿cuál es el objetivo final de MKB? Sabemos que la meta de este gobierno de alcanzar altas tasas de crecimiento del producto se logra, únicamente, si somos capaces de incrementar también en forma permanente la productividad de nuestra economía. Pero hay que “bajar” estas metas que parecen a veces tan macro, tan teóricas, al día a día. Y MKB es justamente una de las herramientas que tenemos para lograr ese cambio. Y es útil entonces enumerar, al menos algunas, las formas en que podemos pasar de las buenas intenciones a los hechos.

• Hemos anunciado que queremos mutar la regulación de la industria de seguros desde una perspectiva de límites legales a una donde, sobre la base de una buena gestión del riesgo agregado, sea posible poner a disposición de la economía miles de millones de dólares para ser invertidos siguiendo, ahora, criterios de valor económico. Esto es: mejor asignación del capital, mejor inversión, más crecimiento.

• Queremos que Chile sea más que un exportador de materias primas. La ley única de fondos tiene la oportunidad de potenciar una industria en que el país tiene ventajas, como es la administración de fondos de terceros, para transformarnos en exportadores de servicios financieros a nivel regional. Esto es, agregar valor e incrementar el tamaño de nuestro mercado.

• Nuestras empresas pequeñas tienen problemas de acceso al crédito. Adicionalmente, muchas buenas ideasno dejan de ser eso porque el mercado de capitales no provee herramientas para financiar la innovación y el emprendimiento. Buena parte de las innovaciones tecnológicas más importantes con las que hoy convivimos surgieron de empresas pequeñas que lograron, de una u otra forma, levantar capital para transformar ideas en productos y servicios. Queremos potenciar, a través de profundas modificaciones a la ley del mercado de valores y de sociedades anónimas, el rol del mercado de capitales para llenar ese vacío de financiamiento.

La meta esencial de todo esto es lograr que Chile, en esta generación, deje atrás la pobreza e inicie la próxima década con una economía robusta. Que no sólo sea un país más rico, sino también más justo, donde las oportunidades sean para todos, donde el ingreso esté mejor repartido y donde nadie se sienta abandonado a su suerte.

Tenemos una oportunidad que no se puede desperdiciar. Y desde una arena tal vez muy específica y a veces, economicista, MKB puede y debe hacer su contribución. Así, mi lista de deseos para el 2011 se reduce a uno solo: que todos quienes pueden hacer que esta agenda llegue a buen puerto –el Congreso, el sector privado, las asociaciones gremiales y, por supuesto el gobierno– se embarquen en un proceso de trabajo fraternal, generoso, en el que los intereses particulares queden atrás en pos de avanzar en esta silenciosa pero potente revolución.

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