Desde el siglo XIX la influencia francesa ha sido decisiva en el mundo del vino chileno. Pero en el último tiempo, un puñado de productores le está cambiando la cara a la industria, apostando por un regreso a los orígenes. Allí la impronta itálica tiene mucho que decir. Por Marcelo Soto.

  • 28 Julio, 2011

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