El menor de los hijos hombres de Andrónico Luksic Abaroa no cree en la filantropía. Al igual que su padre, sostiene que regalar plata es botarla a la basura; y que si de ayudar se trata, hay que comprometerse y gestionar de principio a fin cada iniciativa. Con esa doctrina se involucró a fondo en la reconstrucción de caletas arrasadas por el terremoto y maremoto del 27/F. Capital lo acompañó hasta Loanco, en la VII Región, para conocer más sobre su faceta de empresario-social, sus experiencias en la materia y el rol de sus pares en estas lides. Por Antonieta de la Fuente; Fotos, Verónica Ortiz.

  • 22 Febrero, 2011

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