El proceso de liberalización económica iniciado en los 90 ha posicionado a la India como uno de lo destinos preferidos de los inversionistas internacionales. La calidad intelectual de sus profesionales atrae multinacionales como miel a las abejas. Y aunque el rápido crecimiento ha dejado en evidencia importantes falencias en la infraestructura y educación básica, el boom se respira en las calles y en el ánimo de su pueblo. Entérese de una vez: si India no está en sus planes, corre el riesgo de quedarse en el andén.

  • 29 Mayo, 2008

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