Nuestro columnista se la juega por la provocación y propone a la DC generar una carta ganadora con miras a las presidenciales. ¿El candidato? René Cortázar, quien –a juicio de Navia- bien le compite a Piñera en sus atributos y carece de sus defectos.

 

La que ninguno de sus aspirantes actuales parece lo suficientemente popular ni para ser el abanderado concertacionista ni para hacerle collera a Sebastián Piñera, el PDC debería considerar al ministro de Transportes, René Cortázar, como posible candidato presidencial. Si en 2005 la Concertación logró ganar con una candidata que tenía las mismas fortalezas de Lavín pero no sus debilidades, para 2009 Cortázar bien pudiera igualar las fortalezas de Piñera sin tener que cargar con sus debilidades.

La crisis del PDC tiene más que ver con la ausencia de un buen candidato presidencial que con cuestiones ideológicas. Por cierto que una profunda falla ideológica atraviesa al partido. Pero no es nueva. De hecho, las facciones del PDC nacieron en torno a esa grieta que separa a neoliberales de estatistas y a corporativistas de libre mercadistas. Mientras la DC controló La Moneda, los premios del Ejecutivo fueron suficientes para curar las heridas del enfrentamiento ideológico. Pero la llegada al gobierno de Lagos en 2000 exacerbó las tensiones dentro de la DC. Hubo menos beneficios a repartir. Para las presidenciales de 2005, los disidentes DC, comprensiblemente, objetaron la decisión de ir a primarias. Ya que Bachelet lideraba las encuestas, resultaba conveniente bajar la candidatura de Alvear y negociar con la izquierda mejores puestos y más recursos en el reparto que inevitablemente acompaña a un nuevo gobierno.

Hoy la DC se encuentra en la misma encrucijada. Debe decidir entre apoyar a Alvear, que sigue estancada en las encuestas, o negociar el apoyo al ex presidente Lagos o al ex ministro Insulza. Anticipando que Piñera tiene la mejor opción, algunos DC incluso especularon sobre una coalición DC-RN, pero el liderazgo del partido reaccionó con vehemencia, expulsando a los que parecían decididos a romper la Concertación. Pero ya que la opción de apoyar a un candidato de izquierda concertacionista es tan mala como la de convertirse en socios minoritarios de Piñera, el PDC debiera buscar otros presidenciables.

René Cortázar es una opción conveniente y atractiva. Nombrado para la imposible misión de hacer funcionar el Transantiago, Cortázar ha producido resultados más que satisfactorios. Sin cargar con la culpa de lo que funcionó mal, es ampliamente reconocido como responsable de las evidentes mejoras. El lema de campaña es inmejorable. Si ha logrado hacer funcionar el Transantiago, puede arreglar cualquier problema, desde la educación hasta la salud, desde la delincuencia hasta la modernización del Estado.

En el círculo cercano de Piñera reconocen que un candidato fuerte DC les produce más problemas en la campaña que un concertacionista de izquierda. Pero las encuestas muestran que Piñera supera a Alvear en casi todos los atributos. Además, Alvear carga con el legado Bachelet, que daña a todas las candidatas. Cortázar, en cambio, posee los mismos atributos positivos que Piñera. Si el empresario tiene experiencia como senador, Cortázar fue ministro del Trabajo y además demostró loables habilidades empresariales en TVN, una empresa que pertenece a todos los chilenos. Entre muchos empresarios, Cortázar produce menos resquemores que Piñera. Si bien es profundamente DC y concertacionista, el sector empresarial ya le ha dado un voto de confianza al invitarlo a formar parte de varios directorios.

Si los chilenos efectivamente quieren un presidente con habilidades empresariales, poca empatía personal y muchos conocimientos técnicos, Cortázar le compite a Piñera de igual a igual. En cualquier ámbito donde Piñera actualmente supera a los presidenciables concertacionistas, Cortázar aparece tanto o más fuerte que el abanderado de la Alianza. Además, Cortázar suma todas las notables fortalezas de la Concertación sin cargar con sus pasivos. Distante de Lagos y también de Bachelet, constituiría un verdadero recambio en la coalición ofi cial. Su responsabilidad por el Transantiago lo ha hecho cada vez más conocido. Aunque su principal debilidad es su poca llegada en los sectores populares, la diversidad de la base concertacionista podría suplir ese déficit. Además, tendría que competir con un empresario multimillonario que tampoco tiene fortalezas en el voto popular.

Hace cuatro años, la Concertación pavimentó el camino a su cuarta victoria presidencial porque supo escoger a una candidata que, pese a sus evidentes debilidades, era más fuerte en todos los ámbitos donde Lavín se sabía fuerte. Hoy la DC puede aprender de esa lección. Para potenciar a un candidato ganador, debiera buscar uno que se parezca a Piñera, pero sin sus debilidades. La opción de René Cortázar amerita cuidadosa consideración.
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