Para nadie es noticia que lo suyo es la pobreza, y en intentar superarla ha estado los últimos años de su vida. Pero hoy Felipe Kast también tiene otra cruzada: terminar con los “privilegios heredados” y dar vuelo a la meritocracia. Una obligación moral, dice, para quienes -como él- están en la vereda de los afortunados.

  • 14 Marzo, 2012

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