Con 40 negociaciones colectivas en el cuerpo, Marco López se ha convertido en el dolor de cabeza de las empresas mineras. Abogado hábil y estudioso, tiene gran incidencia entre los trabajadores, quienes usualmente siguen al pie de la letra sus consejos. No le teme a la huelga, porque en momentos, dice, es la única herramienta que existe para proteger los derechos de los empleados del sector. En Escondida pasó momentos difíciles, pero terminó doblándole la mano a la minera.

  • 23 Agosto, 2018

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