Algunas letras las pronuncia en argentino, usa chilenismos como suácate y tiqui-taca, y está aprendiendo a falam portugués. Pero ese inconfundible tono alemán no lo abandona. Está en su matriz. La misma que lo ha llevado a convertirse, prácticamente, de mendigo a millonario. Por María José O’Shea, desde Brasil.

  • 4 Octubre, 2011

Lo más leído