Las encuestas confirman que la campaña presidencial en Estados Unidos se juega voto a voto. Así las cosas, los electores latinos se vuelven un público más que apetecido. Pero primero hay que atraerlos a las urnas. Por Gabriel Sánchez-Zinny.

Los estrategas demócratas están visiblemente preocupados acerca del voto hispano en las próximas elecciones en Estados Unidos. Representan el 9% del electorado, aunque históricamente el 6,5% de ellos vota. En 2004, fueron 7,5 millones de latinos los que pusieron su voto en las urnas, y se espera que más de 9 millones lo hagan en noviembre de este año. Muchos creen que la ajustada derrota del senador John Kerry en 2004 se debió en parte a la reducción del apoyo hispano, porque perdió estrechamente en tres estados con grandes poblaciones de ese origen: Colorado, con 9 electores; Nuevo México, con 5 electores; y Nevada, con otros 5. Si hubiera ganado allí, Kerry sería hoy presidente.

El apoyo de los hispanos al Partido Republicano ha sido siempre menor que el brindado a los demócratas, pero ha ido variando en el tiempo. Un 40% votó por Ronald Reagan en 1980 y 1984, un presidente que acuñó la famosa frase “los hispanos son republicanos, aunque todavía no lo saben”. Sin embargo, el apoyo disminuyó en 1988, en 1992 y en 1996. En la elección de 2000, el entonces gobernador Bush comenzó un esfuerzo más enfocado en la comunidad latina, que rindió frutos en 2004, cuando aproximadamente el 44% del voto hispano se inclinó hacia el Partido Republicano, el más alto porcentaje en la historia, de acuerdo al Pew Hispanic Center. El presidente Bush aumentó su margen en todos los estados con una importante proporción de su población de origen hispano.

Hillary Clinton iba a ser el mejor antídoto para frenar esta tendencia, ya que había ganado el voto hispano en 36 de las 39 primarias que se realizaron, con excepción de Connecticut, Illinois y Virginia. Varios analistas señalaban que para el senador Obama podría ser más complicado, sumado al hecho de que McCain ha siempre defendido un marco legislativo muy favorable a la inmigración.

Sin embargo, según una encuesta de julio efectuada por el Pew Hispanic Center, Obama aventajaba a McCain por 3 a 1 en este segmento electoral. El 66% de los encuestados votaría al senador de llinois y sólo 23% a McCain. En contra de lo que muchos analistas sostenían, que el origen afroamericano de Obama le jugaría en contra entre los latinos, la encuesta muestra que un 53% dijo que le era indiferente su color de piel y un 32% sugirió que lo veía positivo. Parecieran existir varias razones para esta enorme diferencia y que tienen que ver con temas generales, como la crisis económica y la baja popularidad del Partido Republicano, pero también con el hecho de que el senador McCain ha retrocedido en sus posturas favorables a la inmigración, para satisfacer al ala más dura del partido, que aboga por la construcción de un muro entre México y Estados Unidos y la expulsión de los inmigrantes ilegales.

Para consolidar esta tendencia, la campaña del senador Barack Obama lanzó recientemente un fondo de 20 millones de dólares enfocado en atraer el voto hispano, que incluirá avisos en español tanto en televisión como en radio, un equipo de trabajo a tiempo completo y eventos en todos los estados del país; en particular, Florida, Nuevo México, Colorado y Nevada.

El voto del sur de Florida seguirá siendo vital para definir quién gana ese crucial estado, pero pareciera que podría haber algunos cambios en la línea dura de la comunidad cubana, que siempre ha votado republicano. Los cubano-americanos aparecen como el grupo con mayor poder de influencia en las políticas en Washington, por su enorme base organizativa y poderío económico, pero representan únicamente un 3,5% de la población hispana de Estados Unidos. En las elecciones, los grupos más influyentes serán los de origen mexicano que representan un 58,5% del total, mientras que los puertorriqueños lo hacen en un 9,6% y los centro americanos, en un 4,8%.

Varias organizaciones llevan adelante campañas para que los hispanos se registren y voten. El Consejo Nacional de la Raza, la organización hispana más grande del país en términos de presupuesto y representantes, y el grupo de medios Univisión formaron una coalición que promueve la campaña "Ya es hora, Ciudadanía", para naturalizar a los que tienen residencia permanente, y "Ya es hora, ve y vota", que promueve el voto de los nuevos ciudadanos.

En 2004, sólo 39% del total de 16 millones de hispanos elegibles para votar realmente lo hicieron, comparado con un 76% de la población blanca y un 65% de la afroamericana. En una campaña cada vez más polarizada, tanto racial como políticamente, y con su participación en aumento, los hispanos jugaran un papel decisivo en noviembre.

 

 

 

 

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