El reputado Cato Institute se está tomando parte de la agenda presidencial en EEUU. Y lo hace porque la disputa por el control de su propiedad podría tener alcances impensados. Dentro y fuera del think tank hay quienes creen que, según cómo progrese el asunto, el centro se podría convertir en un instrumento de difusión de la oposición, poniendo en riesgo su credibilidad de promotor no partidista del liberalismo.

  • 14 Marzo, 2012

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