La campaña está desatada y las aspirantes a primera dama, también. Se acusan de histéricas, escarban el pasado de sus contendoras en busca de hechos que las perjudiquen y defienden a sus candidatos con verdadera pasión. El asunto es que llevamos varios años sin esta figura en La Moneda y no faltan los que cuestionan su verdadera función. Por Guillermo Turner.

  • 13 Octubre, 2009


La campaña está desatada y las aspirantes a primera dama, también. Se acusan de histéricas, escarban el pasado de sus contendoras en busca de hechos que las perjudiquen y defienden a sus candidatos con verdadera pasión. El asunto es que llevamos varios años sin esta figura en La Moneda y no faltan los que cuestionan su verdadera función. Por Guillermo Turner.

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