La realidad demuestra gradualmente –con el consiguiente impacto en la calidad de vida– que la millonaria inversión en carreteras y aeropuertos de los últimos años está quedando corta frente a las nuevas demandas. Autopistas saturadas y caminos ineficaces son parte del escenario actual… Mientras, el Estado intenta acelerar su ritmo y los privados exigen más. Por Elena Martínez C. Fotos, Verónica Ortíz y Enrique Stindt.

  • 14 Mayo, 2008

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