Se suponía que las redes sociales nos iban a acercar, pero ha pasado todo lo contrario: Facebook y otros sitios nos han convertido en planetas solitarios, en crisoles para nuestro ego y en alimento de nuestras fantasías. Si pasamos más de seis horas diarias tuiteando, en el fondo estamos más aislados que nunca. Por Francisco Ortega

  • 9 Mayo, 2012

Lo más leído